En la actual
situación, aunque no haya recursos económicos ni intenciones por parte de las
administraciones públicas respecto a la conservación y restauración de nuestro
patrimonio industrial, considero que se puede hacer mucho. De momento,
pensar e imaginar es gratis y libre. Además, cuento con la ayuda de un bonito
entramado de semiconductores; el ordenador.
Por
fin, ayer terminé mis exámenes. Estoy muy cerca de titularme como ingeniero
técnico industrial. Mientras tanto, ya puedo volver a dedicar horas en la
investigación sobre el pasado de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya e
ir reconstruyendo sus instalaciones, de forma virtual. Mi trabajo se va a
concretar, principalmente, en la vieja estación de vía estrecha de Peñarroya y su depósito de locomotoras. Milagrosamente, el edificio de viajeros y muelle de mercancías siguen en pie y con un
estado más que aceptable, si lo comparamos con edificaciones contemporáneas,
que han acabado quemadas o como si hubiesen sido blancos del vuelo en picado de
un avión Stuka de la Luftwaffe. En cambio, el depósito de locomotoras está en
un estado más que lamentable. No obstante, considero que aún es recuperable y con
la ayuda de planos y fotografías, voy a demostrar que es así.
Estas instalaciones fueron el centro
operativo del ferrocarril de vía métrica de Peñarroya a Puertollano y Fuente
del Arco. Cuando se inauguró el primer tramo, entre Peñarroya y Fuente del
Arco, supuso la conexión “casi” directa entre Peñarroya y el Puerto de Sevilla,
con el fin de dar salida marítima e internacional a los lingotes de plomo
fundidos en el Cerco. Me remito al artículo que en su día escribió Jerónimo
López Mohedano y que protagonizó la primera entrada del presente blog.
La “ocupación” de la que es objeto este
lugar, dificulta mi trabajo, planteándome interesantes retos técnicos. No solo
no puedo acercarme hasta sus muros, sino que además, yo y cualquiera, nos
exponemos a la mordedura de cánidos de cierta envergadura. Recuerdo que este
lugar, en la actualidad, es propiedad del Excelentísimo Ayuntamiento de
Peñarroya-Pueblonuevo y por tanto, de su población. No de una serie de
particulares que lo usan para guardar ganado o coches viejos.
Necesito tomarme unos días de descanso.
Pero mientras tanto, como me conozco, iré planteando en mi cabeza como
organizar el trabajo. Y tras mi merecido retiro: ¡manos a la obra!