Por fin estoy de vacaciones en
Peñarroya-Pueblonuevo junto con mi familia y amigos. Aunque no por ello, puedo
evitar seguir indagando en asuntos de patrimonio.
Parte de mi trabajo de campo, esta mañana,
lo he dedicado a contemplar el estado de conservación del muelle transbordo de
la estación de Peñarroya. Dicha instalación, fue construida para realizar
intercambios de mercancías entre el ferrocarril de vía métrica de Peñarroya a
Puertollano y Fuente del Arco, y el ferrocarril de ancho ibérico de Córdoba a
Almorchón. Está compuesta por una nave cerrada con tres puertas correderas de
dos hojas en los lados de las vías y un espacio al aire libre al que se sube
por una pequeña escalera. Como comenté en una entrada anterior, tengo motivos
para pensar que dicho área contó con una grúa.
El estado de conservación, en mi opinión,
es relativamente bueno. Conserva los elementos esenciales de su estructura y
aunque estos se hallen corroídos o deteriorados, ofrecen la posibilidad de ser
sustituidos o reparados.
En cambio, la nave cerrada se encuentra “ocupada”
por ganado y perros. Hay un particular que desde hace años, se ha apropiado de
estas instalaciones y las cocheras del citado ferrocarril de vía métrica. También
se puede apreciar como alguien ha seccionado los tubos de desagüe de los
canalones del tejado. No obstante, sigo opinando que este elemento
perteneciente al patrimonio de Peñarroya-Pueblonuevo, puede ser restaurado de
cara a un centro de interpretación del ferrocarril en el Valle del Guadiato u
otros usos culturales.
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