Esta mañana decidí continuar con mis
trabajos sobre las instalaciones del ferrocarril de vía métrica en
Peñarroya-Pueblonuevo. Me acercaron en coche a la estación de Adif en Peñarroya
para desde allí ir andando hasta lo que queda de las cocheras, depósito de agua
y los fosos de las placas giratorias. En cuanto empecé a cruzar las vías, oí en
el horizonte un bocinazo característico. Por fin conseguí coincidir con un
tren. Se trataba de un tren de transporte de carbón, proveniente de Puertollano
y con destino Alhondiguilla, para suministrar combustible a la central térmica
de Puente Nuevo.
Ha sido un gusto verlo pasar y me ha
recordado viejos tiempos. Concretamente, la época en que conocí la estación de
Peñarroya como el centro de operaciones logísticas, cuando aún funcionaban las
minas Cervantes (a cielo abierto) y el pozo María, además de las explotaciones
de Espiel. Las vías siempre estaban ocupadas por largos trenes de tolvas y
había, al menos, cuatro locomotoras 319 pertenecientes al depósito de Granada. También
se podía ver una dresina de mantenimiento de infraestructuras y un vagón
cisterna. Y de vez en cuando, algún tren militar.
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