Una de mis pasiones es el mundo del ferrocarril. Intento evocar e investigar su pasado y cuando puedo disfruto de su presente. Mi madre es natural de Peñarroya y los veranos de mi infancia transcurrieron por sus calles y campos, a la sombra de las ruinas de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya y cautivado por su mitología.

jueves, 16 de agosto de 2012

Sorpresa


     Esta mañana decidí continuar con mis trabajos sobre las instalaciones del ferrocarril de vía métrica en Peñarroya-Pueblonuevo. Me acercaron en coche a la estación de Adif en Peñarroya para desde allí ir andando hasta lo que queda de las cocheras, depósito de agua y los fosos de las placas giratorias. En cuanto empecé a cruzar las vías, oí en el horizonte un bocinazo característico. Por fin conseguí coincidir con un tren. Se trataba de un tren de transporte de carbón, proveniente de Puertollano y con destino Alhondiguilla, para suministrar combustible a la central térmica de Puente Nuevo.






     Ha sido un gusto verlo pasar y me ha recordado viejos tiempos. Concretamente, la época en que conocí la estación de Peñarroya como el centro de operaciones logísticas, cuando aún funcionaban las minas Cervantes (a cielo abierto) y el pozo María, además de las explotaciones de Espiel. Las vías siempre estaban ocupadas por largos trenes de tolvas y había, al menos, cuatro locomotoras 319 pertenecientes al depósito de Granada. También se podía ver una dresina de mantenimiento de infraestructuras y un vagón cisterna. Y de vez en cuando, algún tren militar. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario